La primera fase del proyecto de semáforos inteligentes contempla intersecciones en zonas 10 y 7 y promete reducir los tiempos de traslados en un 25 %.

Por Jimena Porres
Una de las primeras menciones del proyecto de semáforos inteligentes en la página de Facebook de la municipalidad de Guatemala fue en junio de 2020. “Con tecnología de punta se inician trabajos de topografía digital 3D”, escribieron. Cinco años después, el proyecto da sus primeros pasos.
Ojoconmipisto reportó en 2024 los costos del proyecto y que tendría 18 fases. La concejal II por el partido Unionista, Alessandra Gallio, dijo que en septiembre de ese año funcionaría la primera. Para entonces, “estará instalado el centro de monitoreo y las primeras 70 intersecciones”, adelantó.
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Sin embargo, a través de una solicitud de información pública, la alcaldía informó que a principios de agosto de 2025, únicamente hay 24. Detallaron que los trabajos realizados fueron: instalación de canalización en vía y banquetas; construcción de basamentos; instalación de mampostería, cableado, sistema de comunicación, luces de semáforo y controladores.
Medida insuficiente
Para Jorge Aragón, Académico Investigador de la Universidad Rafael Landívar, ICESH/Departamento de Estudios sobre Dinámicas Globales y Territoriales, esta solución debe ir en sintonía con otras estrategias. “Una cuestión muy importante es que no solo se trata de mover vehículos, sino sobre todo en los actuales enfoques de planificación urbana, lo que nosotros buscamos es movilizar personas”, comentó.
Los semáforos inteligentes son una solución técnica que debe combinarse con otras. “Deben proponer una forma o una ruta de conexión con otras formas de movilidad”, explicó. Estos tienen que responder a peatones, ciclistas y al transporte público.
Además de dirigir el tráfico, los semáforos también estarán provistos de cámaras para tener controles sobre infractores. Aragón advirtió que esta medida punitiva, que privilegia las multas, difícilmente cambiará la forma de actuar de las personas. “Nosotros tenemos un esquema no cooperativo en las formas de movilidad, pero los semáforos inteligentes por sí mismos tampoco van a transformar una cultura instalada”. El miedo a ser multado debe sustituirse por principios de respeto mutuo.
Por otro lado, la forma más exitosa para combatir la congestión vial es reducir la excesiva motorización. “Si no lo hacen, no va a servir de nada tener semáforos inteligentes, porque lo que va a pasar es que el nivel de servicios de las vías será altamente ineficiente”. Hay que apostarle al transporte público. “Poder contar con muchas más unidades de transporte de calidad, accesibles, seguras, eficientes, que sean capaces también de articularse con otras formas de movilidad, de manera que dé paso esto a lo que se llama multimodalidad”.
Coordinación con otras municipalidades
A principios de agosto el alcalde mixqueño, Neto Bran, utilizó sus redes sociales para expresar su descontento ante el tráfico que los semáforos inteligentes provocaron. “Todo se debe a que Ciudad de Guatemala prueba sus semáforos inteligentes (lo cual) impacta enormemente en los vecinos que van de Mixco hacia sus trabajos a la ciudad”, expresó.
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“Los planificadores deben pensar fuera de la escala municipal”, observó Aragón. La congestión vial ya no solo afecta a la ciudad de Guatemala, es un tema a nivel metropolitano. La reacción de Bran, además de ser populista, demuestra una falta de coordinación intermunicipal que, a criterio del investigador, es necesaria.
“Las municipalidades ya no pueden actuar solas, ya no pueden actuar tampoco solo viendo sus intereses sino que tienen que actuar de forma cooperativa y colaborativa”, puntualizó.