El modelo de manejo forestal de esta comunidad maya q’eqchi se ha extendido a otras comunidades.

Por Judith Herrarte
Santa Rosa Balandra, ubicada en la zona de amortiguamiento de la Sierra de las Minas, en El Estor, Izabal, es un referente nacional de desarrollo comunitario sostenible.
Esta comunidad q’eqchí recibió certeza jurídica en 2014, lo que marcó el inicio de una transformación: inversión pública en educación, acceso a agua potable y fortalecimiento de su organización comunitaria.

Agroforestería y conservación del bosque
Luis Barrientos, director del Refugio de Vida Silvestre, Bocas del Polochic, explicó que, en la jurisdicción de El Estor, sobre la ladera de Sierra de las Minas existen entre 45 y 48 comunidades mayas q’eqchi; de ellas, diez cuentan con certeza jurídica. Cinco pertenecen a la zona de amortiguamiento (Santa Rosa Balandra, Mirador, Buena Vista, Chapín Arriba y Balandra).
Estas comunidades implementaron un sistema agroforestal que ha permitido reforestar más de 100 hectáreas de bosque bajo prácticas sostenibles. El modelo fue replicado por otras 14 comunidades aledañas.
“En Santa Rosa Balandra, hace tres años se modificó la estructura organizativa. Antes era un comité agroforestal y a partir de ese momento ingresamos al programa de incentivos del Instituto Nacional de Bosques (Inab), que benefició a 20 familias” expresó Pablo Choc, presidente de la Asociación Aj Adesmi.
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Producción de cacao orgánico
La Asociación Aj Adesmi se dedica al cultivo de cacao orgánico y cuenta con 180 miembros, entre ellos 40 mujeres. Tres de los ocho integrantes de la junta directiva también son mujeres”, agregó Choc. De los socios, 95 están en producción de cacao orgánico.
Según Sara Mejía, técnica agroforestal, “en Aj Adesmi, el cacao tiene trazabilidad desde que se compra a los productores, lo que garantiza calidad y valor agregado. Se rigen por protocolos de la Asociación de Productores Orgánicos para el Desarrollo Integral del Polochic (APODIP)”.
El cacao se procesa en infraestructura de la APODIP, que cuenta con dos secadoras y una fermentadora con capacidad para quince quintales. El grano permanece cinco días en este proceso para asegurar un producto de calidad.
“Como asociación, llevamos cuatro años comprando cacao a nuestros asociados. Este esfuerzo colectivo nos permite avanzar hacia una economía más justa y sostenible”, añadió Choc.

Barrientos indicó que en el área de Sierra de las Minas se realizó un ordenamiento territorial que define zonas de bosque, áreas de restauración, sistemas agroforestales, cultivos de piña y espacios para apicultura.
El director calificó a Santa Rosa Balandra como una comunidad modelo. Destaca que “el área forestal recibe incentivos anuales y cuenta con proyectos certificados para el Programa de Reducción de Emisiones (PRE)”.
Choc recordó: “en 2016 la Fundación Defensores de la Naturaleza me donó plantas para reforestar, con las que sembré una hectárea de árboles maderables”. Hoy cumple cinco años de recibir incentivos forestales. En el primer pago recibió Q7,600 por hectárea, dinero que destinó al mantenimiento al bosque y al sustento de su familia.

Esta nota es producto del Diplomado Fundamentos de la Conservación de la Naturaleza, apoyado por la Fundación Luis von Ahn y Defensores de la Naturaleza, coordinado por Laboratorio de Medios. Los autores son los responsables del contenido.