Monitoreos en Champerico revelan que el 95 % de los tiburones martillo comunes capturados son juveniles. La especie está catalogada como vulnerable.

Por Gabriela Sosa Díaz
El el tiburón martillo común (Sphyrna lewini) es una de las especies más abundante en la pesca artesanal de Guatemala y se encuentra en la categoría 3 del listado de especies amenazadas del Pacífico.
De acuerdo con información de la Fundación Mundo Azul, este depredador puede alcanzar hasta 4.30 metros de longitud y un peso promedio de 230 kilogramos.
Su tiempo de vida oscila entre 20 a 30 años. Sin embargo, los monitoreos realizados en la zona costera de Buena Vista, en Champerico, Retalhuleu, revelan que el 95 % de los ejemplares juveniles, lo que representa una amenaza para la continuidad de la especie.

El tiburón martillo común se reproduce por viviparismo placentario: las hembras no ponen huevos, sino que dan a luz crías vivas y completamente desarrolladas.
El periodo de gestación dura entre 10 a 12 meses. Y según estudios de la Fundación CRAM, cada hembra puede tener entre 25 y 45 crías. En el país, la actividad pesquera se regula a través de la Ley General de Pesca y Acuicultura (Decreto 80-2002) y su reglamento (Acuerdo Gubernativo 223-2005).
Estas normativas establecen vedas, tallas mínimas y artes de pesca permitidos para asegurar la sostenibilidad de los recursos hidrobiológicos.
No obstante, la supervisión enfrenta limitaciones: el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA) y su Unidad de Pesca y Acuicultura, cuentan con dos supervisores para vigilar toda la actividad pesquera a nivel nacional.

Importancia de vida
El tiburón martillo común, como otros tiburones, es un depredador que ocupa la cima de la cadena alimentaria marina. Su dieta variada –que incluye peces, calamares, crustáceos y rayas– le permite regular las poblaciones de sus presas, y esto contribuye al equilibrio y la diversidad del ecosistema.
Claudia Matzdorf Brenner, bióloga marina y experta en manejo de recursos marinos y costeros, la disminución de estos depredadores puede provocar un aumento descontrolado de especies presa.
Esto genera presión sobre los herbívoros y la vegetación marina, lo que a su vez afecta la salud general del ecosistema y pone en riesgo a otras especies vulnerables.
Esta nota es producto del Diplomado Fundamentos de la Conservación de la Naturaleza, apoyado por la Fundación Luis von Ahn y Defensores de la Naturaleza, coordinado por Laboratorio de Medios. Los autores son los responsables del contenido.