Dos mujeres lideran un modelo de agricultura conservacionista para frenar la deforestación y proteger la biodiversidad en Santa Rosa.

Por Rafael Solares
En el municipio de Casillas, Santa Rosa, dos mujeres surgen como figuras clave en la defensa ambiental y la transformación del uso agrícola del suelo.
Irma Colindres y María González impulsan desde sus propias parcelas un modelo de agricultura novedoso. Integra prácticas conservacionistas, reforestación activa, gestión sustentable, diversificación de cultivos y generación de ingresos.
Su iniciativa contribuye a cambiar la lógica extractiva del territorio y a establecer una red de protección ambiental basada en la participación comunitaria.
Por un árbol menos, diez más
Desde 2015, las comunidades de Casillas comenzaron a restringir la tala indiscriminada de especies como el encino, pino y ciprés. En lugar de convertir la montaña en plantaciones de café, priorizaron la regeneración del bosque y la plantación de árboles maderables, frutales y cítricos.
Esta transformación es liderada por Colindres y González. Ellas promueven el respeto por el bosque desde la organización comunitaria.
Colindres señala que su comunidad estableció un reglamento que limita la tala. Exige la replantación de diez árboles por cada ejemplar extraído, y aplica un seguimiento por parte de los vecinos durante al menos tres años.
Esta práctica permite regenerar zonas boscosas y recuperar funciones ecológicas como la recarga hídrica y la protección de suelos.

Reservas naturales
Al igual que otras comunidades en la misma zona montañosa de Casillas, los comunitarios de las minas declararon áreas como reservas naturales.
Aunque estas zonas no tienen el estatus legal de tierras comunales, no pueden ser intervenidas sin un acuerdo previo. En ellas solo se permite el manejo forestal cuando se trata de árboles envejecidos o improductivos. Esto ha fortalecido la gobernanza ambiental desde lo local.
La acción, respaldada por las comunidades, representa una estrategia concreta ante la falta de protección institucional del territorio.

Técnicas regenerativas
Las iniciativas impulsadas por estas mujeres involucran a jóvenes y lideresas comunitarias en jornadas de siembra y cuidado del entorno. Esto genera experiencias que ofrecen lecciones para otros territorios que enfrentan conflictos similares relacionados con el uso del suelo y la pérdida de cobertura vegetal.
Según Colindres y Gonzáles, luego de implementar acciones de restauración ecológica y aplicar técnicas regenerativas en sus cultivos –asociar especies tradicionales como el maíz con árboles frutales y maderables–, observaron una notable presencia de insectos, aves, ardillas y reptiles. Esto evidencia una recuperación significativa de la biodiversidad local.
En un contexto marcado por la expansión de monocultivos y la presión sobre los recursos naturales, la técnica empleada por Colindres y González diversifica la producción de alimentos, enriquece el suelo, conserva la biodiversidad, genera ingresos, asegura la recarga hídrica de fuentes de agua y mitiga los efectos del cambio climático.
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Esta nota es producto del Diplomado Fundamentos de la Conservación de la Naturaleza, apoyado por la Fundación Luis von Ahn y Defensores de la Naturaleza, coordinado por Laboratorio de Medios. Los autores son los responsables del contenido