De 2015 a 2023, la Fundación Defensores de la Naturaleza identificó pumas y jaguares a más de 2 mil metros sobre el nivel del mar. En 2025, lanzaron una nueva investigación.

Por Elsa Coronado
El jaguar, conocido como “Balam”, deidad en la cultura maya, es hoy una especie cuyo hábitat está en constante peligro. Quienes lo investigan reconocen que el avance de la frontera agrícola, la expansión de territorios para ganadería o monocultivos, los incendios forestales y la cacería ilegal cercenan el territorio por el cual se desplaza.
En mayo 2025, la Fundación Defensores de la Naturaleza (FDN) junto a otras organizaciones, publicaron el estudio “Grandes felinos que aún deambulan por la Reserva de la Biósfera Sierra de las Minas: una unidad de conservación del jaguar olvidada en el noreste de Guatemala”.
La investigación, que aparece en la revista científica Checklist, señala que hay evidencia de jaguares que pasean por tierras altas, a 2 mil metros sobre el nivel del mar en esta región.
Cámaras

Luis Trujillo Sosa, jefe de Ciencia para la Conservación de FDN explica que esa publicación les permitió recibir financiamiento para ejecutar una investigación más ambiciosa.
Han colocado 54 “cámaras trampa” para identificar cómo se mueve el jaguar en la Sierra de las Minas, zona protegida de 2 mil 400 kilómetros cuadrados que involucra los departamentos de El Progreso, Zacapa, Izabal, Alta y Baja Verapaz.
–¿Cómo comenzó el proyecto de monitoreo de jaguares?
–FDN tiene alrededor de 12 años de trabajar con fototrampeo y hace poco hicimos una compilación de los registros de felinos grandes en la Sierra de las Minas.
Identificamos a 12 panteras y un jaguar. Invitamos a otras organizaciones para que fueran parte de la publicación, como World Wild Fund y ellos, con una donación privada, nos compartieron su interés en desarrollar un proyecto para ubicar al jaguar.
Empezamos hace unos seis meses y, además del monitoreo biológico, hay un componente de protección del territorio con énfasis en incendios forestales.
–Entonces, ¿el objetivo es tener datos actualizados sobre la población de jaguares y el hábitat en el que se mueven?
–Se busca promover la conexión entre áreas importantes para la conectividad del jaguar en Mesoamérica, porque hay una interrupción de información en un bloque grande de la selva entre Calakmul, México, y el norte de Guatemala y Belice, con la Sierra de las Minas, en Izabal, hacia la Sierra del Merendón en Honduras.
Estamos en una primera fase del proyecto, donde se inician acciones vinculadas a protección de incendios forestales e iniciamos con el monitoreo sistemático del jaguar.
–A finales de julio colocaron la última de 54 cámaras trampa que servirán para el monitoreo en toda la Sierra de las Minas. ¿Cómo definieron el área del monitoreo?
–Instalamos cámaras a una separación de entre 1.2 y 2 kilómetros para asegurarnos de que cada una tenga una independencia de registros, pero al mismo tiempo permita la recaptura de individuos.
–¿A qué se refiere con recaptura?
–Ya sabemos que hay presencia, pero queremos hacer una estimación poblacional y para esto necesitamos identificar a los individuos a través de los patrones de sus manchas y ver cómo se distribuyen. Con fórmulas matemáticas podremos hacer una estimación de cuántos hay por una unidad de kilómetros cuadrados.
Con ayuda local
–¿Cómo determinaron en dónde colocar las cámaras, tomando en cuenta la extensión de la Sierra de las Minas?
–Tuvimos reuniones estratégicas para analizar imágenes satelitales que nos permitieron evaluar el flujo de cuencas y subcuencas. Las personas en el territorio, entre ellos los bomberos forestales, se convirtieron en aliados porque conocen el sitio, saben moverse y han registrado rastros.
Con base en esa información y análisis tomamos decisiones. En serranías, los sitios apropiados son los parteaguas, donde se conectan los diferentes caminos que siguen el flujo del agua. Los animales siguen el curso de las montañas para desplazarse y optimizan su forma de movilizarse.
Peligros

–¿Qué peligros enfrenta el jaguar?
–La pérdida de cobertura forestal y la fragmentación del territorio les impide cruzarse entre individuos, lo cual hace que se estén reproduciendo entre sí. Esa pérdida de diversidad genética los hace vulnerables porque al ser muy parecidos, la reacción o la respuesta que tendrán ante cualquier cambio en el medio será muy similar.
La diversidad genética los hace más resilientes. Otro tema es que los acusan de alimentarse del ganado que está en la periferia de las áreas boscosas.
Por ello cuando esta sea una alianza binacional, porque la investigación abarcará también la Sierra del Merendón en Honduras, se buscarán estrategias que permitan una coexistencia amigable por medio de corrales que no permitan el paso de jaguares y que al momento de detectar su presencia se encienda ya se luz o sonido disuasivo para los animales.
–¿Qué tan frecuente es que los jaguares cacen ganado?
–Esa latente, pero lamentablemente no hay un registro sistemático sino sólo registros anecdóticos. Por ello, se busca con el proyecto recopilar información sistemática que nos permita diseñar una ruta de acción. Uno de los primeros pasos es saber qué tan grave es la problemática.
–¿Hay colaboración del sector ganadero y finquero en el territorio?
–Sí, hay muchos aliados, que entienden que la biodiversidad tiene un espacio y lo respetan, pero también hay otro bloque que tiene una mentalidad completamente diferente y son más reactivas en cuanto a sus pérdidas. Entendemos que, cuando esto ocurre a una escala de una producción más pequeña, cada pérdida representa un mayor golpe económico.
Siguiente fase
–¿Cuáles son los siguientes pasos tras instalar las cámaras?
–La idea es dejarlas un año para hacer una estimación lo más fiable posible. Las memorias de grabación las cambiaremos cada tres meses. En la investigación previa registramos alrededor de 25 presas entre aves y mamíferos de los cuales los jaguares se alimentan.
Eso quiere decir que, a pesar de las presiones que existen en la sierra, aún mantiene una integridad adecuada para que existan jaguares que dependen de amplios territorios para su distribución, como también de sus presas.
–¿Cómo manejarán los resultados?
–Esto se canaliza a través del espíritu de alianzas y de trabajo compartido. El fin último, más allá de los informes técnicos, es poder sacar una publicación científica que nos permita tener información sólida para proponer líneas de acción para la proteger tanto la Sierra de las Minas en general, como de la especie en particular.
Los jaguares necesitan grandes extensiones de territorio para sobrevivir y al conservarlos se protege también todo lo que está en su territorio, por eso se les conoce como especie sombrilla.
Tenemos esta nota: Detección y respuesta rápida: la clave para combatir incendios forestales
Esta nota es producto del Diplomado Fundamentos de la Conservación de la Naturaleza, apoyado por la Fundación Luis von Ahn y Defensores de la Naturaleza, coordinado por Laboratorio de Medios. Los autores son los responsables del contenido.