Entregará harina a familias de escasos recursos de San Cristóbal Totonicapán. Pero no incluye a dos comunidades que padecen inseguridad alimentaria y desnutrición.

Por Xiomara Ajin
La municipalidad de San Cristóbal Totonicapán, Totonicapán, compró harina. En marzo adjudicó el proyecto por Q89 mil 700 (NOG 25907468). Lo llamó “adquisición de granos básicos (harina) para el casco urbano y sus comunidades”
Un total de 26 mil libras del tipo suave de invierno (SWW) “ideal para uso en panadería y repostería”, se lee en las especificaciones. El objetivo: «apoyar la alimentación de familias de bajos recursos económicos y combatir la desnutrición, el desempleo y la pobreza de las mujeres», se lee en la justificación.
Según el distrito de salud del municipio hay tres comunidades a priorizar en temas de seguridad alimentaria y nutrición: aldea Patachaj, aldea Nueva Candelaria y Cantón Chirijcajá. Las últimas dos no fueron tomadas en cuenta para este proyecto.
Con fines políticos
Las comunidades ven con preocupación como los fondos públicos se utilizan para fines político partidarios. La entrega se realizó 15 días antes de la Semana Santa a grupos de mujeres organizadas en la municipalidad. No tomaron en cuenta a las mujeres y las familias con más necesidad económica.
En San Cristóbal Totonicapán, tres de cada diez mujeres son jefas de hogar según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). La encuesta de salud materno infantil 2014-2015 indica que el municipio se encuentra por encima de la media nacional en desnutrición, con 48 %.
La Secretaría de Seguridad Alimentaria y Nutricional (SESAN) advierte que el tema de desnutrición es multicausal: afectan la pobreza, la ruralidad y no urbanización, acceso a agua y alimentos, y capacidad de empleo. Por eso debe atenderse desde la coordinación interinstitucional.
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El proyecto fue gestionado desde la Dirección Municipal de la Mujer, dirigida por Julia Marcelina Quim Chay. Al consultarla indicó que solo con autorización del jefe edil, Carlos Enrique Say Mutz, pueda ofrecer información. Say Mutz fue electo por el partido Cabal, este es su tercer período no consecutivo.
De acuerdo al código de salud, las harinas para consumo deben estar fortificadas con folatos (un tipo de vitamina B). Este no fue uno de los requisitos del producto, según los términos de referencia del proyecto.
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Ana Polanco, Nutricionista del Distrito de Salud de San Cristóbal, indica que, si bien las harinas pueden ser un producto de la canasta básica familiar, en sí mismas no combaten la desnutrición. “Pueden apoyar la economía por el tema de venta de productos que se pueden hacer con ella, pero no puede considerarse una estrategia en el tema alimentario”, puntualiza.
Según la Ley de Seguridad Alimentaria Nutricional (SAN) y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, la gestión y coordinación en lo municipal le compete a la comisión municipal (ComuSAN). Todos los años se conforma en la primera sesión de Comude al inicio de año y es la encargada de velar por cada uno de los componentes de disponibilidad, acceso, consumo y aprovechamiento de alimentos en el municipio.