La sequía reduce cosechas de maíz y frijol, disminuye ingresos de mujeres agricultoras y amenaza la seguridad alimentaria en el corredor seco.

Por Gabriela Sosa
La canícula que comenzó el 15 de julio podría extenderse hasta el 10 de agosto de este año, informó el Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh).
Este fenómeno intensificó la sequía y elevó las temperaturas en áreas del Pacífico y oriente del país, lo que impactó los medios de vida de mujeres agricultoras en el corredor seco.
Al menos 320 de 340
De acuerdo con el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA), el monitoreo en 320 municipios vulnerables evidencia una ausencia de lluvias más prolongada que en 2024. La falta de agua ya provocó pérdidas en cosechas y redujo los ingresos familiares.
Esto complica las tareas agrícolas, que recaen en su mayoría en mujeres cabezas de hogar, responsables de sembrar maíz y frijol para consumo propio y venta local.

Asumen un rol activo
La Cruz Roja Guatemalteca, a través de su programa de salud comunitaria, impulsa proyectos enfocados en la seguridad alimentaria y los medios de vida con un enfoque de resiliencia climática.
De acuerdo con Miriam Hub, coordinadora del Programa de Salud Comunitaria, estos proyectos identifican las barreras que limitan la participación de las mujeres en la producción de alimentos. Trabajan con ellas para que asuman un rol activo y tomen decisiones.
Actualmente, 40 productoras de las comunidades de Llano Grande y Patiobolas en Sacapulas, Quiché, forman parte de este programa.
Esta nota es producto del Diplomado Fundamentos de la Conservación de la Naturaleza, apoyado por la Fundación Luis von Ahn y Defensores de la Naturaleza, coordinado por Laboratorio de Medios. Los autores son los responsables del contenido.