La municipalidad de Gualán le compró el servicio de comida a su propia asesora legal, pagando Q90 mil por mil platos. Además, tiene dos contratos con la comuna.

Por German Carranza
El ocho de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer. No es un día de fiesta, pero las municipalidades organizan actividades a través de sus Direcciones Municipales de la Mujer (DMM) para celebrar la fecha.
En Gualán, Zacapa, la comuna reportó hasta el momento una compra por Q90 mil para la adquisición de 500 almuerzos y 500 cenas (NOG 25733419). La proveedora es Mónica Isabel Cabrera Sosa de Cordón.
Cabrera Sosa es asesora legal de la DMM y tiene un contrato por Q180 mil. También presta los mismos servicios a la Empresa Eléctrica Municipal del municipio por Q144 mil.
Además de la compra de alimentos, la municipalidad también entregó regalos, según fotografías publicadas en su página de Facebook. Sin embargo, estos aún no han sido reportados en Guatecompras.
Hasta el 9 de marzo de 2025, el Portal de Transparencia Presupuestaria registra que 71 municipalidades reportaron compras relacionadas con la conmemoración. De estas, tres fueron compras competitivas y 134 no competitivas, con un gasto total de Q938 mil 591.33.
La Municipalidad de San Juan La Laguna, Sololá, fue la que reportó el mayor gasto, con Q175 mil 500. Adquirió cuatro mil canastas (NOG 25737430 y 25737597) y, en ambos concursos, optó por la opción más cara. Evelin Lucrecia Barrios Fajardo presentó una oferta de Q36 mil en cada concurso, menos de la mitad que las demás. Sin embargo, fue descalificada porque “su solvencia fiscal no estaba actualizada”.
DMM con poco presupuesto y sin planificación
Para este año, según el Portal de Gobiernos Locales, se registró que 238 comunas tienen contemplado un presupuesto vigente de Q132 millones 587 mil 010. Del total, 71.33 % para funcionamiento, es decir al pago de empleados, y 28.67 % para inversión.
Existen otros recursos registrados para atender temas relacionados con mujeres, pero no asignados a las DMM. En 143 municipalidades tienen asignados Q125 millones 755 mil 949.9. Del total, el 98.53 % es para inversión y el 1.47 % a funcionamiento.
Para Meilyn Mejía, exintegrante de un Cocode en el departamento de Guatemala, la falta de presupuesto limita la capacidad de acción de las DMM. “Si no tienen recursos, ¿qué pueden ofrecer a las mujeres? Dependen de la voluntad política del alcalde”, lamenta. Para Mejía, en la actualidad estas direcciones están debilitadas y sin rumbo, cumplen solo lo que se les ordena, en lugar de ejecutar programas estratégicos para el desarrollo de las mujeres en sus comunidades.
“La mayor parte del presupuesto se destina al funcionamiento de las DMM, pero no hay planificación para proyectos a corto, mediano y largo plazo. Las actividades dependen de lo que el alcalde decida”, concluye.
De Oficinas a Direcciones
Ana Silvia Monzón explica que las antes llamadas Oficinas Municipales de la Mujer ahora son Direcciones, según el Decreto 39-2016. “Ser dirección significó un avance, porque tienen otras funciones y ocupan un lugar distinto en el organigrama municipal”, señala.
La intención era elevarlas a direcciones técnicas, colocándolas al mismo nivel que la Dirección Municipal de Planificación (DMP) y la Dirección de Administración Financiera Integrada Municipal (DAFIM). Sin embargo, en la práctica esto no se concretó.
En Implementando el ODS 5 sobre la igualdad de género entre los gobiernos locales en Guatemala, investigación de Monzón, menciona que la naturaleza técnica de las tres direcciones requiere una coordinación estrecha para diseñar la planificación, programación y presupuesto municipal.
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Para Monzón, las DMM deberían centrarse en la elaboración e implementación de políticas municipales basadas en la Política Nacional de Promoción y Desarrollo de las Mujeres Guatemaltecas para territorializar sus ejes. “Las DMM deben vincularse con la Secretaría Presidencial de la Mujer (Seprem), el sistema de Consejos de Desarrollo y las organizaciones de mujeres, promoviendo sinergias para responder a sus necesidades a nivel local”, enfatiza.
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Proyectos sin impacto
Meilyn Mejía, considera que las DMM deberían centrarse en fortalecer los derechos de las mujeres y promover proyectos de empoderamiento económico. Sin embargo, critica que muchas iniciativas se limiten a actividades poco efectivas, como cursos de floristería y bisutería. “Estos programas no generan verdadera autonomía para las mujeres, se quedan cortos porque terminan siendo clientelares”.
Otro problema, según Mejía, es que las DMM no siempre pueden cumplir su rol. “Dependen de las órdenes del alcalde y, en muchos casos, colocan en estos puestos a personas no idóneas, únicamente para responder a intereses políticos. La lógica es trabajar con miras a las elecciones, asegurando votos para el siguiente período”.
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Silvia Trujillo comparte que “hay tantas actividades que podrían realizarse. Procesos formativos no solo en derechos sino también en autonomía económica. Se debe superar la idea de que el único rol de la mujer es aprender bisutería o cocina. No está mal si ellas lo desean, pero es necesario ampliar la oferta de propuestas”.
Una actividad simbólica y nada más
Trujillo señala que existe una tendencia generalizada a tratar los derechos de las mujeres como un tema coyuntural. “El 8 de marzo se hace una actividad ‘cultural’ y el resto del año nos olvidamos. Eso hay que cuestionarlo”, afirma.
Las DMM deberían impulsar acciones sistemáticas, ya que las violaciones a los derechos de las mujeres también son sistemáticas, dice. “Más allá de gastar recursos en eventos que se quedan en lo simbólico, el ocho de marzo debería ser un día para reivindicar el cumplimiento de los derechos de las mujeres”.
Si pudiera dirigirse a los alcaldes, Trujillo sería clara: “No gasten dinero en conciertos. Usen esos recursos en procesos formativos, en sensibilizar a la población y en promover la participación política de las mujeres”, concluye.