Ambas organizaciones coordinan programas educativos dirigidos a las nuevas generaciones. Aprenden sobre conservación y buenas prácticas ambientales.

Por Rafael Solares
La biodiversidad marina en Guatemala enfrenta una crisis debido a la sobreexplotación de recursos, la contaminación y la deforestación de manglares. La Fundación Mundo Azul y Arcas lideran esfuerzos para conservar las tortugas marinas, tiburones y rayas, aunque enfrentan limitaciones por la falta de apoyo gubernamental y normativa clara.
La falta de regulación pesquera y de políticas efectivas agudiza la situación. Esto amenaza a especies clave como a las comunidades que dependen de estos ecosistemas.
La Fundación Mundo Azul investiga especies marinas clave para analizar su migración y estado poblacional. También, colabora con pescadores locales para fomentar prácticas sostenibles y reducir la captura incidental de especies en peligro.
En tanto que Arcas protege nidos de tortugas marinas mediante patrullajes nocturnos y restaura manglares con viveros forestales. Esta acción fortalece los ecosistemas y su capacidad de captura de carbono.

Aprender con juegos
Juan Manuel Tejeda, director de Arcas Costa Sur, destaca que el Rally Parlama, activo desde hace 20 años, protege a las tortugas marinas y une a generaciones. Se refiere a los padres que participaron de jóvenes, ahora regresan con sus hijos.
El Rally 2025 se celebró el pasado 11 de marzo, los niños aprendieron conceptos como varamiento de la fauna marina y qué hacer en esos casos. Lo primero, no tocarlos. Deben llamar a Arcas para que sus técnicos evalúen a la especie. También conocieron el rol de veterinario, de la persona que la registra y de quien lo traslada.
Además, promueve un programa de castración y atención veterinaria para reducir la población de perros y gatos en áreas protegidas, y disminuir así el riesgo para la fauna silvestre.
Esta iniciativa, según Tejeda, fortalece la confianza de la comunidad, cuyos habitantes entregan huevos de parlama en el tortugarío de Hawái a cambio de la atención a sus mascotas.
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Datos para el registro
Para María de los Ángeles Rosales, coordinadora de proyectos de la Fundación Mundo Azul, la conservación de los ecosistemas marino-costeros es crucial, no solo por su biodiversidad, también por su impacto en la economía local a través de la pesca y el turismo.
La destrucción de hábitats como manglares y arrecifes acelera el colapso ecológico, y esto afecta a especies como tiburones y rayas, cuya captura y comercialización carecen de regulación.
La Fundación Mundo Azul promueve becas que ofrecen oportunidades educativas a adolescentes de comunidades costeras, que fomentan el conocimiento, aprenden a medir especies para la toma de datos morfológicos y promueven alternativas sostenibles.
Además, la fundación impulsa la apicultura en los manglares como una alternativa económica que reduce la dependencia de actividades perjudiciales como la tala de manglares. Para Rosales, fortalecer esta práctica contribuye a la restauración ecológica, que coincide con la visión de sostenibilidad de la organización.

Rosales y Tejeda coinciden en que es urgente que el Estado implemente medidas concretas como vedas, registros de pesca y políticas de conservación integrales. La crisis ecológica no solo amenaza el medioambiente, sino también la seguridad alimentaria y el desarrollo económico del país.
Sin una intervención inmediata, Guatemala enfrenta la extinción de especies y el colapso de sus ecosistemas marinos.
Esta nota es producto del Diplomado Fundamentos de la Conservación de la Naturaleza, apoyado por la Fundación Luis von Ahn y Defensores de la Naturaleza, coordinado por Laboratorio de Medios. Los autores son los responsables del contenido.